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abril 30, 2014

“Voy a llegar temprano para alcanzar mi juguete”; relata Moisés.

 


Es inconcebible que mientras los funcionarios en complacencia del gobernador Angel Aguirre Rivero, estén saqueando al estado y piensan devolver dinero a la Federación porque no saben como aplicarlo.


Que pasaría si en vez de regalar a algunos de sus súbditos un millón de pesos, Ángel Aguirre Rivero, se los regalara a estos niños pobres, Aguirre estarían preparando un espacio en el cielo.


Pero como no es así, mas le vale al gobernador que se vaya preparando porque ya lo aguarda un lugar en el infierno. 


al termino de esta administración, sus súbditos se empezaran a alejar del gobernador, como cuando la caca apesta. 


Por: Alejandro Ortiz. Chilpancingo, Gro., a 30 de abril del 2014.- “Me voy a despertar temprano porque luego se acaban los juguetes y así me va a dar tiempo de ir a dos lugares”, relata Moisés con la mirada llena de ilusión de un niño de 11 años a quien la vida lo ha puesto en situaciones d pobreza extremadamente difíciles.


A su edad, el menor no ha recibido ningún tipo de enseñanza educacional debido a la situación de pobreza extrema en la que viven él, su hermano menor y su madre.


Al conmemorarse en México el “Día del Niño”, autoridades locales, organizaciones civiles y partidos políticos realizarán como cada año eventos de entrega de juguetes y aguinaldos para los infantes y acostumbrado siempre a llegar tarde y quedarse con cochecitos de plástico, Moisés se ha puesto entre sus objetivos de hoy, levantarse muy temprano para llegar a todos los lugares que les sea posible.


“Mi mamá ya me dio permiso de vender chocolates hasta después de la mañana para que pueda temprano ir al centro o al zoológico por mi regalo y aguinaldo”, data el pequeño impaciente porque la celebración dé inicio.


El infante da a conocer que diariamente sale desde las siete de la mañana a las calles de Chilpancingo para vender chocolates mientras su mamá pide limosnas en el primer cuadro de la ciudad.


“Nos juntamos con algunos amigos y nos vamos a vender, a veces nos dejan empacar en unas tiendas y cuando necesitamos comer vamos al mercado a ayudarles a los diableros o a las tiendas grandes”.


Al preguntarle por qué no asiste a clases, el menor se sonroja y con pena indica que su mamá no tiene dinero para poder ayudarlo y él a su corta edad se ha convertido en un pilar de la economía de su hogar por lo que hablar de una educación es solo un sueño lejano.


Así como este, abundan casos de menores en condiciones de pobreza extrema quienes durante un par de horas el día de hoy, se olvidarán de sus deberes como personas responsables para convertirse en niños y esperar con la alegría que solo ellos pueden transmitir, su ansiado regalo.


“Ya quedamos con mis amigos que nos vamos a ir tempranito porque es el día del niño”, son las inocentes palabras de Moisés quien después de este día, volverá a sus actividades cotidianas de sustento en espera de que una próxima celebración traiga consigo un presente para él o su familia.


 

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